Durante estas dos semanas no he podido coger la bici, el clima otoñal no perdona, lluvia, viento y grandes charcos de agua... depende del día intento coincidir con el horario de MA, así aprovecho sus viajes para que me lleve, pero algún día no ha podido ser y he cogido el bus.
El primer día que me decidí dio la casualidad que tenia en casa al repair person, el pobre tuvo que acabar deprisa y corriendo por mis prisas aunque él ya me dijo que debía estar equivocada yo no revisé el horario, ¿que pasó?,
pues bien no paré de moverme de una parada a la otra porque el bus se retrasaba y aunque revisé tres mil veces el horario no me di cuenta hasta 5min antes que el horario que miraba era para el sábado y el domingo... así que media hora congelándome en la calle. Al subir el conductor me dijo que la tarifa eran 25ç más, y me regaño un poco porque no le puse las monedas y el billete en la máquina monedero, en fin... una vez sentada y viendo que me había vuelto a "equivocar" (el bus daba una vuelta de una hora antes de llegar a la library) me dispuse a estudiar un ratito, me sorprendió una sra. que me pidió usar mi móvil para llamar, se lo deje, hizo dos llamadas y me lo devolvió pero es que después la sra. de delante mío también me pidió el teléfono para llamar a su hermana, aquí me vino muy bien la cara de: Sorry l no understand. Para volver pedí a mis personal drivers que me pasaran a recoger....
Por la tarde salimos MM y yo a dar una vuelta por las tiendas, estábamos tan concentrados eligiendo los regalitos que se van para Reus que nos sobresaltamos cuando una sra. me cogió por el brazo y se me puso a preguntar: ¿que que me parecía un un centro que se había montado ella misma para distribuirlo por las mesas en navidad?, y claro mi cara de póquer intentando explicarle que no sabía mucho inglés, y hablando como un indio la ayudé a montar uno un poco menos cargado, me dio las gracias y seguí con lo mio mientras MM, al que ya le había contado mi historia del bus, se reía por la curiosa atracción que despierto para extrañas peticiones... pero es que al ir a pagar estaba la sra. con el centro cargadito como al principio...
Hubo un día que MA se encontraba mal, así que fui a llevarle un medicamento y ver si necesitaba algo, pero solo necesitaba estar acostado y en silencio, así que aproveche y me lleve su coche, ¡que realizada me sentí!, de verdad, a uno se le olvida la sensación de libertad que obtienes cuando puedes desplazarte a tu antojo. Por la tarde MA ya se sentía mejor así que le devolví el coche pero no antes de que me prometiera que si necesitaba que le llevara yo me llamaría.
El siguiente viaje en bus me lo organizó MM, la parada esta un poco más lejos, pero solo tarda 30 min para el recorrido.
Mientras esperaba una sra. me preguntó cuanto costaba el billete, (para tenerlo preparado), y se puso a hablar, al decirle que no hablaba inglés se puso muy contenta porque ella tampoco era americana, (era Siria), pero se puso a hablarme de sus problemas de adaptación con los americanos y lo mal que la están tratando, según ella tratan mejor a los perros que a ella (tengo que decir que no comparto su opinión, pero es su experiencia no la mía), naturalmente todo en inglés, yo solo decía: really? oh! my god!, y poco más. pero la sra no callaba, en fin... antes de subir al bus me dio las gracias con lágrimas en los ojos por haberla escuchado, (aquí vi el sentimiento de soledad que se puede llegar a sentir aunque estemos rodeados de gente).
Esperaba delante de la biblioteca hasta que abrieran y un chico me dijo algo a lo que le respondí que lo sentía, que no entendía, así que lo repitió más despacio, resulta que me estaba echando un piropo, le di las gracias y el chico me miró como diciendo: ¡que loca está esta mujer!. ¡Que vergüenza!.
Al acabar la clase mi profesora y yo salimos a fumar un cigarrito, y explicándole que debía coger el bus de la línea 32 aparece, sin pararme a pensar que iba en dirección contraria de la que yo esperaba crucé corriendo la calle, con mi profesora gritando asustada que fuera con cuidado que me iban a atropellar. No encontraba el cambio que llevaba preparado para el billete, así que el conductor se puso nervioso hasta que lo encontré y me senté. Aún estaba acomodándome cuando se para y todo el mundo se baja, incluido el conductor, final de trayecto. ¿como?.... esta vez no me pasa lo mismo, tengo que bajar y volver a buscar el 32. Claro! lo encontré! pero el número que le monté al conductor.... con mi inglés macarrónico intentaba explicarle que acababa de pagar billete para ese trayecto y que no estaba dispuesta a volver a pagar. El pobre me miraba con cara de: ¿que coño dice?, así que decidió pasar de mí y me dijo que me sentara y me callara.... ¡que vergüenza!
Por último explicaros que en los apartamentos organizaron una sesión de Bingo para todos los vecinos que quisieran asistir, es una manera de repartir algunos regalos y una excusa para merendar todos juntos, ¡muy bonito, la verdad!. Aquí se juega un poco diferente además del handicap del idioma, pero enseguida lo pillamos y MH y MM cantaron dos bingos, con lo que nos fuimos muy contentos con una tarjeta para el starbucks y una gorra de un equipo de hockey.
No hay comentarios:
Publicar un comentario