Este domingo pasado fuimos a visitar el parque nacional de Yosemite. Llevábamos mucho tiempo queriendo ir, pero hasta ahora allí nevaba cada semana, bueno este viernes pasado también nevó, pero decidimos que ya era hora. Pues acertamos de lleno, tuvimos un día fantástico, con un clima perfecto. Antes de salir de Modesto encontramos el paso a nivel bajado, para flipar,5 máquinas tiraban de 101 vagones algunos de dos uno encima del otro, 3 máquinas más empujaban todo esto.
Paramos a tomar un café en un pueblecito muy pintoresco, Gold Rush de Groveland, en la carretera 120, a sólo 26 millas de la entrada de puerta de Yosemite. Es como transportarse al viejo oeste y la fiebre del oro. Los edificios que ves a pie de carretera siguen en pie desde la década de 1850 (durante la fiebre del oro). Ahora sin embargo vive otro tipo de fiebre, la del turismo. Aunque han sabido conservar el clima de antaño. Me encantaría poder pasar allí un par de días y conocer este pequeño pueblo que conserva el sabor de tiempos pasados que tanto hemos visto en las películas.
La entrada al parque como todos los parques nacionales que hemos visitado es de pago, esta vez 30$ por coche valido para toda la semana, es la más cara de momento, pero como os he dicho en otras ocasiones no duele pagarlo, pues las carreteras son muy buenas, las zonas de picnic y barbacoa están muy cuidadas y disponen de baños, papeleras e incluso unas pequeñas cajas metálicas para poder guardar la comida sin
peligro de que se la lleve un oso. Por lo visto hay muchos, nosotros no vimos ninguno pero si vimos ardillas cuervos enormes en incluso nos cruzamos con un pavo silvestre, aprovecho para deciros que existe una ley que da prioridad de paso a los pavos.
Pasarelas para no estropear las hierbas, flores o bichitos. |
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