Después de ver una película el sábado por la tarde, nos preparamos un granizado de café y nos pusimos a mirar que podíamos hacer el domingo, pues no estaba dispuesta a estar todo el día perreando por el sofá. La verdad es que no hay muchas cosas que hacer por aquí cerca, como mucho algunas actividades relacionadas con el béisbol, cosa que no íbamos a hacer, y si no pues lo de siempre, ir de shopping, que tampoco nos apetecía mucho. Durante una cena de trabajo que tuvimos esta semana, uno de los comensales nos hablo del acuario de Monterey,en la bahia de Monterey, él también tiene niñas de la edad de la mía, y nos dijo que las suyas se lo habían pasado muy bien. Así que nos pusimos a buscar información, lo peor de todo: la distancia, casi dos horas y media conduciendo, pero bueno aquí no hay nada cerca, así que ese tiempo era relativo.
El trayecto estuvo entretenido, hasta que no llegamos a la autopista (gratuita), íbamos por carreteras secundarias que nos permitió ver los campos de cultivo de la zona, muchas extensiones de Maíz, tomates, patatas, almendros, nogales, naranjos, mandarinos, limoneros... y mucha vaca. También pudimos ver esos graneros que están en medio de la nada y que a todos nos trasladan a las míticas películas de terror, por lo general las casas no eran nada del otro mundo, al contrario de cuando nos dirigimos al norte, donde la gran mayoría de casas son de revista.
Llegamos sobre las 9:00 de la mañana, llovía hacia frío y no había nadie por la calle las tiendas estaban cerradas. Nos tomamos un café en el starbucks, y nos fuimos hacía el acuario. Esta montado como cualquier pueblo costero que vive del turismo, pero el paisaje es el típico de las películas,
casas de madera, parquímetros individuales en la calle y los carteles vintage que ahora están tan de moda.
El acuario es muy chulo aunque se ve un poco antiguo comparado con el de Bcna o Valencia. Eso sí muy bien montado todo lo del merchandising y muchas actividades para los más pequeños.
Tienen una increíble colección de medusas y una galería completa dedicada a los octopusys. Los acuarios tienen unas preciosas gamas de colores, lila, fucsia, azules y verdes... muy muy bonito.Desde los balcones exteriores en un buen día podrías ver ballenas pero solo pudimos ver leones marinos, gaviotas y unos pájaros negros muy grandes que no se como se llaman. También te dan la oportunidad de meterte en el agua (helada) del océano para ver los pececillos en su hábitat natural. También pudimos ver que la gente tiene mucha costumbre de ir en cayaks, pero la verdad es que no apetecía nada, allí son muy comunes unas algas superlargas que salen a buscar la luz del sol, y se ve toda la costa llena de ellas. Las vistas muy, muy bonitas, con esas casas que parecen flotar encima del agua.
Volviendo a dentro, un acuario con nutrias muy simpáticas, un par con diferentes tipos de pingüinos y los cuidadores dando de comer a los tiburones y otros pececillos. La verdad es que estuvo muy chulo y relajante. Tengo que decir que estaba lleno de gente de todas partes para poder admirar los acuarios.
Tienen una sala de exposición dedicada a la concienciación de la gente y los residuos plásticos, exponen unas esculturas hechas con plástico increíbles.
Tardamos unas cinco horas en verlo todo, después salimos a dar una vuelta por el pueblo y decidir donde íbamos a comer. Nos decidimos por una especie de taberna, muy típica y chula donde presumían de preparar el mejor fish & chips de la zona, yo no sé como serían los otros sitios, pero ese estaba muy, muy bueno. El postre lo tomamos paseando por la calle, MH una caramel apple, MA un heladito en una heladería de Ghirardelli y MM y yo pasamos del postre por esta vez.
La vuelta a casa fue más dura, habían unas terribles retenciones por todas la carreteras que debíamos usar, así que tardamos casi tres horas y media, justo para llegar tomar una ducha y a dormir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario